lunes, 23 de diciembre de 2013

Carpe Diem

Hacía bastante que no me sentaba delante de la pantalla para escribir en este blog, el cual ha estado abandonado desde verano. Pasó esa fantástica estación del año en la que reinan las mangas cortas, las cervezas bien frías metidas en esa clásica nevera azul con asa blanca, los "mañaneos malos" y las risas desde que te levantas hasta que te acuestas (la mayoría de los días, bastante tarde). Disfruté muchísimo de esos viajes que se hacen ''en el día'', en los que ''te vas de loco'' sin saber dónde comer, ducharte o dormir. Kilómetros y kilómetros en un Daewoo Matiz, en el que los que somos de espalda ancha sufrimos estando pegado a nuestro compañero de al lado, pasando bastante calor, pero eso al final, es lo de menos. El calor que sufrimos se hace más ameno, al igual que la distancia del viaje. Como siempre, gracias a tus compañeros de viaje. Lo realmente bueno de esto es que son compañeros de un viaje llamado vida. 

Ya pasó el verano, un verano más, y también un otoño. Un otoño veloz, sin mucho que decir ni dar. Simplemente pasó y no me di cuenta. Como bien dice Fito en una de sus tantas extraordinarias canciones: la vida se nos va como el humo de ese tren, como un beso en un portal... antes de que cuente diez. Hoy se me viene a la mente la celebración de Nochevieja 2012, el Domingo de Ramos ''semi-lluvioso'', los lotes en casa de Dani antes de ir a la Feria o el viaje a la Urta en Rota. El tiempo vuela y cada año se hace más corto que el anterior. Me angustia esa rapidez. Aún así, hay que saber convivir con ello porque así es la vida.

Ha sido un año de ''transición'', no me ha ocurrido nada especial. He conocido a bastante gente nueva, mucha de ella ya diaria en mi vida. Me he unido más a mis historiadores, que cada día demuestran más (especialmente Francis, compañero de fechorías). Además, me he ''fusionado'' más a los míos, sabiendo que están antes, durante y después de tus problemas. Están siempre. Te empujan cuando necesitas ánimos y hacen de los buenos ratos, ratos inolvidables. Nunca estoy solo y eso es algo que sé valorar, porque tengo sin duda al mejor equipo que se puede tener en este terreno de juego. Esos son los compañeros a los que anteriormente me refería, esos compañeros de viaje que no bajan en una estación cuando estás mal, sino que siguen contigo hasta el final del trayecto. Aure puso un tweet el año pasado por estas fechas en el que decía que para el año siguiente solo esperaba que sus amigos estuviéramos ahí. Y lo hemos estado. Por eso, yo lo único que espero para este año nuevo es lo mismo que lo que él pidió. Que sigan estando ahí, igual de infranqueables, igual de incansables. Que Rumano siga avisándote cuando baja a fumarse un cigarro, que Aure siga dándonos esos días de resaca tan graciosos, que Jose ponga sus locuras por el grupo de Whats App, que Varo siga sin salir de casa, que Juanjo siga con sus típicas bromas, que Sosa siga sobando como siempre, que Adri haga el sonido de mono cuando salimos, que Hipo siga sin comprender nada y que Dani siga con su mente organizativa capitaneando las expediciones unicajistas. Cuando piensas que te hace falta algo más en estos momentos de la vida, te das cuenta de que no. ¿Para qué más?

Pues ese es mi deseo para el nuevo año. Seguir disfrutando con ellos y seguir conociendo a gente nueva, igual que en este 2013. Recordad algo importante: que nada ni nadie nos quite nuestra manera de disfrutar de la vida.

¡Salud y felicidad para todos! Feliz 2014.