miércoles, 17 de septiembre de 2014

Reconstrucción

Estoy a punto de comenzar un nuevo año académico. Vuelta a la monotonía y a la rutina, la cual costará volver a retomar después de un verano un tanto complejo y diferente. Volví a septiembre un año más a afrontar los dichosos exámenes, con unos resultados ciertamente insuficientes. Ahora toca apechugar con ello, y se avecina un curso difícil que no sé cómo afrontar. Cambios de horarios y sin mis compañeros de clase, cosa que aumenta la dificultad.

No sé cómo me adaptaré a esta nueva "vida", la verdad. No podrían estar las cosas peor, invadiéndome un desánimo total, tanto psicológico como físico. Un telón bastante oscuro delante mía, que no sé si al levantarse me encontraré un precipicio o un bonito camino hacia delante. Aquí desde luego tendrá mucho que ver mi comportamiento.

"Lo difícil es ser persistente y constante, y esa es la clave de todo. Un gol lo puede meter cualquiera, pero dejarse el alma en el campo y tener talento... eso lo tienen muy pocos. La vida es así.". Esto me lo decía esta mañana una de las personas claves en estos últimos años para mí. Un tío grande que sabe que con comparaciones "vida-fútbol" entiendo bastante mejor las cosas y me llegan mucho más. Al oírlo, simplemente le di la razón. Constancia y perseverancia, las claves del éxito, y por qué no decirlo: de la felicidad.

Últimamente ando fuera de sitio, no sé dónde colocarme para no estorbar o para ser útil. Esa infinita búsqueda que supone el encontrar tu sitio. Unos lo encuentran rápido, y otros como yo, ponen su empeño en ello, cuando en realidad, es el propio tiempo el que nos coloca donde debemos estar. El verdadero problema es tener la paciencia para ello, al igual que la ilusión. Esa que se parte tan rápido como se construye. Sin embargo, siempre se ven unos pequeños brotes verdes en este desierto. 

Hay que aprender que, a veces, nos toca subir cuestas con mucha pendiente, y otras en las que te dejas llevar y las cosas funcionan solas. No nos mal acostumbremos a estas últimas, porque son cortos periodos de tiempo... como todo lo bueno. Lo cierto es que debemos disfrutar de los momentos buenos e intentar sacar el lado bueno de los malos.

Espero que lo que se me viene encima me sirva de lección y aprendizaje. Mi padre siempre me ha dicho que los "Barral" seguimos el lema de nuestro equipo de fútbol: "dicen que nunca se rinde". Creo que jamás tiré la toalla, ni lo haré, ya que eso de luchar hasta el último minuto lo llevo en la sangre. Habrá que seguir adelante, sorteando obstáculos y sabiendo que aunque esta lucha es personal, siempre habrá gente alentándote.

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